
La historia de la boda de Zafiro y Laura es una historia de valentía en su México natal. De dos mujeres increíbles en todos los sentidos de la palabra.
Es una historia de amistad, la suya y la que surgió entre nosotros durante todo el proceso previo. Una amistad de la que me siento feliz y afortunado.
Es una historia de oportunidad, la que tuve de viajar a México por primera vez en mi vida. Conocer algo de su cultura, sus hermosos lugares, gentes y gastronomía. Gracias por eso. Por esa aventura! Gracias por esa oportunidad tan hermosa chicas!
Pero sobre todo es una historia de amor, doy fe de ello. Alguna vez en mi vida he sentido eso, amor, pero aunque así no hubiera sido después de este día yo sabría lo que es eso. Sus miradas no sólo lo transmitían, hablaban de ello y se lo gritaban a voces. Nunca olvidaré esas miradas ni esas sensaciones. Las fotos apenas pueden mostrar algo así, pero en el ambiente se sentía, estaba cargado de todo eso…
Ojalá que algún día el mundo viva lleno de todo eso en el ambiente. Que la gente pueda amarse libremente, en cualquier lugar y espacio. Sin reservas, miedos ni condicionantes. Yo lo voy a agradecer por poder ir respirando y llenándome de esas increíbles sensaciones que pude vivir en septiembre del año pasado.
La boda se celebró en un lugar remoto e increíble de la costa pacífico Mexicana, Punta Monterrey. Allí, a orillas del mar, nos amaneció, pues al final yo era un invitado más y todas estas imágenes no son más un pequeñísimo resumen de todo cuanto tuve la oportunidad de ver y fotografiar.
Por si alguien no vio la sesión previa en esa misma playa este es el link.
A continuación os dejo con unas palabras que ellas me escribieron cuando les dije si querían que pusiera algo en este post, ni que decir tiene que me dejaron sin palabras y con el corazón encogido. Gracias por todo chicas pero sobre todo gracias por “desnudaros” ante mí.
“”Para todas aquellas parejas que alguna vez tuvieron miedo de encontrar al fotógrafo más hermoso de esta vida…
Hablar de cómo conocimos a Dani es hablar de esas cosas mágicas de la vida. Fue lo único que Lau y yo hicimos con tiempo, porque realmente queríamos que la persona que captara los recuerdos de nuestra boda fuera alguien que lo pudiera hacer desde el corazón, porque cuando te casas con el amor de tu vida, los recuerdos de ese día son demasiado importantes como para no revivirlos una y otra vez.
Desde la primera vez que Dani nos escribió, sentimos en el corazón que era la persona para nuestra boda. Dani es una persona de detalles, de ir más allá, de contar historias, de escribir mails kilométricos (como nosotras) y eso lo dijo todo. Fue fácil, demasiado fácil, pero como aquellas cosas de la vida que ya están destinadas a ser, simplemente es dejarse llevar.
Sin duda Dani fue esa magia y tranquilidad que nos ayudó en todo el proceso de la boda, siempre fue una comunicación fácil y honesta, y hasta nos ayudó en cosas que ni si quiera tenían que ver con fotografía, fue ese rayito de luz en la locura que a veces se vuelve planear una boda y poco a poco fuimos construyendo una amistad de casi medio año antes de la boda.
Debido a nuestra alma viajera y a cuestiones legales de nuestro país en relación a matrimonios de parejas del mismo sexo, decidimos que parte legal se llevaría a cabo en Guadalajara y la ceremonia en una playa de Nayarit. Cuando le contamos a Dani la idea y el plan, no solo estaba emocionadísimo de conocer nuestro país, sino que nos dijo de la posibilidad de hacer una especie de seguimiento/documental de toda esa semana y esos momentos, lo cual nosotras no podíamos creer.
Pasaron los días y se llegó la fecha de que Dani llegara a México, y al ir por él fue como encontrarnos con un amigo de muchísimos años, fuimos a comer birria tapatía y ahí empezó la aventura. Los siguientes cinco días Dani no se separó de nosotras, al principio nos sentíamos algo nerviosas, ya que nunca habíamos hecho fotografías de besos de nosotras en público, pero poco a poco y con el cariño de Dani nos fuimos sintiendo muy cómodas (eso es algo que no sabes Dani, pero también nos ayudaste a seguir creciendo como pareja y a quitarnos miedos inútiles que no deberían estar ahí ¡Gracias, de corazón, gracias!).
El día de la boda civil no podíamos creer las miles de cosas que todavía faltaban por hacer, y Dani, cual buen amigo, hasta nos ayudó hasta ir por los zapatos y se mojó bajo la lluvia de la perla Tapatía para evitar que a nosotras se nos deshicieran los peinados, yo no sé qué fotógrafo en el mundo hace eso… pero sé que Dani sí. El que pudiera convivir con nuestra familia todos esos días también hizo un ambiente en el que la mayor parte de las personas sentían como si ya lo hubieran conocido de antes, y hasta sintieran que era uno más de la familia.
El día siguiente partimos para la playa, fue un viaje largo, lleno de muchos amigos y cosas inesperadas. Después de mediodía llegamos al lugar en el que se llevaría a cabo el bailongo y por la tarde hicimos una sesión de fotos para seguir quitándonos los miedos. Fue simplemente hermoso, y de nuevo, era como si uno de nuestros mejores amigos estuviera simplemente ayudándonos a sacar lo mejor de nosotras, a salir de un cascarón que a veces te pone la sociedad, y que Dani simplemente lo hizo muy fácil.
El día siguiente empezó todo temprano, y fueron viniendo todos los eventos que ponen el corazón a mil por hora. Ramos, flores, arreglos, detallitos, y todo tipo de cosas. Y se vino la parte del maquillaje, que nunca pensé que fuera a ser algo que disfrutaría tanto, pero que realmente fue muy muy muy especial, la música, las personas amadas, el ambiente, y tú Dani captando nuestras miradas. Después se viene un torbellino de emociones, algunos momentos a solas, y otras acompañadas, los votos, los anillos, los abrazos, las lágrimas, las risas y sonrisas y de nuevo volvernos a ir para otra sesión simplemente maravillosa en medio de la selva.
Después regresamos y siguieron los discursos, los brindis, el baile, y solamente te veíamos bañado en sudor, cambiando cartucho tras cartucho de fotos, fueron como 12 horas seguidas Dani!!!!!!!! Pf!! No hay palabras. Y simplemente veíamos que no parabas, cuando alguien muestra tanta pasión por lo que hace, no hay más que seguir bailando, y así le seguimos hasta las 5 de la mañana.
El día siguiente ya era hora de irnos, y no entraré en detalles pero también ¿qué fotógrafo en el mundo camina 2 km bajo el sol en medio de la selva? Solo tú Dani… solo tú y tu pasión por la vida.
Ya al final era extraño sentir que era hora de despedirnos, y eso era porque pudimos compartir contigo uno de los eventos más íntimos que dos personas pueden vivir en su vida; sin embargo, al final sabíamos que no era un adiós, sino un hasta luego querido amigo, nos vemos pronto.
Y sabes… siempre recuerdo ese momento Dani, siempre lo recordaremos… ahí en la playa, tomados los tres de la mano, y simplemente dando gracias, al universo, al mundo, por esas cosas en la vida que así tenían que ser… “sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos”… te queremos mucho, siempre, gracias…””
Zaf y Lau
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